Muchas veces pensamos que ir al psicólogo es solo para momentos en los que no podemos más o estemos muy al límite, pero la realidad es que ir a terapia es un espacio para cualquiera que quiera entenderse y sentirse mejor. Todos podemos pasar por un mal momento y no siempre sabemos identificar exactamente qué es lo que nos pasa o saber cómo salir de una situación. Te dejo 7 señales que indican que quizás necesitas empezar terapia.
1. Sientes que algo no acaba de ir bien, pero no sabes exactamente qué es
No siempre podemos identificar con claridad qué nos pasa. Solo sabemos que no estamos bien, que algo pesa o que nuestra mente no para. La terapia puede ayudarte a poner en palabras lo que sientes y a entenderte mejor.
2. Tus emociones afectan tu día a día
¿Te cuesta concentrarte en el trabajo? ¿Evitas planes porque no tienes energía? Cuando nuestras emociones comienzan a afectar nuestras relaciones, nuestro rendimiento o nuestra rutina diaria, es una señal de que necesitamos apoyo psicológico.
Además, si la intensidad de las emociones es muy elevada, o si por el contrario te sientes desconectada y no sientes nada, es importante atender lo que te pasa. Algunos ejemplos serían explotar con facilidad, tener ansiedad constante o llorar sin motivo aparente.
3. Te sientes abrumada por la situación que estás viviendo
Todas pasamos por momentos difíciles, pero si sientes que no puedes gestionarlo sola, la terapia puede ayudarte a encontrar estrategias para recuperar el equilibrio.
4. Repites patrones dañinos
Si notas que siempre terminas en relaciones que te generan sufrimiento, que reaccionas de manera impulsiva ante ciertas situaciones o que hay pensamientos que te llevan a actuar de formas que no te hacen bien, la terapia puede ayudarte a identificar esos patrones y cambiarlos.
5. Has vivido una experiencia difícil y sientes que sigue afectándote
Pérdidas, rupturas, traumas, cambios importantes… Hay situaciones que nos marcan y pueden dejar una huella profunda en nuestro mundo emocional. Si sientes que el pasado sigue afectando tu presente, es momento de trabajarlo con ayuda profesional.
6. Sientes ansiedad, tristeza o vacío de forma recurrente
Todos tenemos días buenos y malos, pero si la ansiedad, la tristeza o el desánimo se han vuelto parte de tu rutina, es una señal de que algo necesita atención.
Si no te escuchas, el cuerpo y las emociones te obligarán a hacerlo. No tienes que esperar a que el malestar sea insoportable para buscar ayuda.
7. Quieres conocerte mejor y crecer personalmente
La terapia no es solo para momentos de crisis. También es un espacio para fortalecer tu autoestima, aprender a poner límites y descubrir nuevas formas de cuidarte emocionalmente.
Pedir ayuda es un acto de valentía
Ir a terapia no significa que haya algo «mal en ti». Al contrario, es una decisión valiente y un paso hacia el bienestar. Si te has sentido identificada con alguno de estos puntos, quizás sea el momento de empezar este camino.
¿Te animas a dar el primer paso? Estoy aquí para acompañarte.